lunes, 14 de diciembre de 2009

Nuevo Fic

Let It Be.

Summary: AU. ShortFic. Twilight Alternative. Tras la muerte de su madre, Bella se ve obligada a irse a vivir con su padre. Al llegar todo es muy distinto a como lo recordaba. Ahora Charlie tiene una nueva familia, mucho dinero… y ella no es parte de la nueva vida de él. ¿Podrá escapar Bella de aquella casa, antes de salir herida en el intento?

Prefacio.

-¡Por favor, no!.- chille con todas mis fuerzas, cuando estuvo encima de mí y ya no podía moverme.

Las lágrimas salían de mis ojos como canillas abiertas. Me maldije internamente por ser tan débil.

Tomas me sonrió al igual que la noche pasada. Arranco mi remera mientras me removía bajo su pesado cuerpo. Por más que gritará e hiciera lo que hiciera, sabía lo que iba a suceder.

Charlie y Marie, su nueva esposa, hacían oídos sordos. Pensar en ellos, en lo poco que les importaba, hizo que más lágrimas salieran de mis ojos.

Seguí gritando mientra Tomas se deshacía de mi ropa, lastimando mi cuerpo al mismo tiempo. Intente pegarle, escupirle, suplicarle… Pero nada lo apartaba de mí. Él me quería, quería estar dentro de mí sin importar mi resistencia.

Tomas golpeó mi cara para que me callara. Realmente lo intenté, ya que sabía que nadie me ayudaría, pero estaba fuera de mí. Mi respiración era agitada, producto de la desesperación y del miedo.

Escuche como desabrochaba su pantalón, y perdí todas esperanzas. Edward estaba de caza, así que ya no había nada que le impidiera a Tomas tomarme.

Cerré con ojos con fuerza, intentando pensar en otras cosas. Se ádrento en mí. Grite, por el dolor. No era amable, y cada grito lo excitaba más.

Intenté pensar en cualquier cosa mientras el infierno me hacía su prisionera, y en lo único que pude pensar fue en él.

En Edward. En el vampiro del que me había enamorado. Del único que podría salvarme, pero no estaba aquí para ello.


Me harían muy feliz si se pasarán por este nuevo proyecto que empecé. Nunca había escrito algo así, así que es todo un reto.

http://www.fanfiction.net/s/5492840/1/Let_It_Be


miércoles, 2 de diciembre de 2009

Un Hada En Mi Ventanda



No estoy seguro si debo contarles esta historia, temo que no me crean, pero lo que les contaré es verdad… aunque no lo crean.

El lunes primero de septiembre me encontraba como de costumbre recostado en mi cama con la vista fija en la nada. Mi hermano jugaba junto a mí con sus juguetes y mis padres estaban discutiendo en la cocina; nada extraño hasta el momento, sólo mis pensamientos.

Nunca había creído en el amor o en algún sentimiento parecido, en mi opinión todo era demasiado trivial, la vida me lo demostraba. Podía respaldar mis pensamientos con hechos, mis padres eran un ejemplo: su relación era totalmente carnal, no había nada mas que sexo y dinero de por miedo, eso era lo que los ataba, nada de amor ni cariño, así es el mundo.

Por años me había creído capaz de poder vivir como ellos, pero por alguna razón que desconozco hoy mi mente se negaba a pensar un futuro parecido al de ellos, no quería fingir una sonrisa cada mañana cuando tuviera que ver el rostro de una persona que no quería, no quería tener relaciones con una extraña, pero lo mas importante no quería desperdiciar mi vida.

Me arrodille en mi cama y mire por la venta que daba al jardín de la casa, todo estaba muy silencioso, el viento se encargaba de mover las copas de los árboles, la luz de la luna alumbraba las pequeñas flores de cerezo que había en ellos, y el inicio de la primavera despertaba a los pequeños capullos de flores que había abajo mi ventana.

Unas luces curiosas flotaron en el aire frente a mis ojos, me quede estático al verlas, las luces se dirigían hacía abajo. Le eche una mirada a mi hermano que seguía entretenido, por lo que no se enteraría de mi ausencia.

Abrí la ventana y salí de la habitación silenciosamente, como si me estuviesen esperando las luces seguían debajo de mi. Camine por el tejado y me deje caer al piso cuando encontré una parte mas baja. Al llegar las luces volvieron a dispersarse.

Corrí tras ellas hasta llegar al árbol de cerezos más grande del jardín. Muchas lucecitas de colores llegaron de diferentes direcciones y se juntaron hasta formar una figura humana frente a mí. Era fácil reconocer que la figura le pertenecía a una mujer, esbelta de cabello largo y orejas de puntas.

Parpadee varias veces no creyendo lo que mis ojos veían, entonces tan rápido como un parpadeo las luces tomaron la forma de la mujer que antes describían.

Mis ojos empezaban a arder, pero no podía permitirme cerrarlos, estaban impresionados con lo que veían. Esa mujer sin duda era la más hermosa del mundo, sus ojos de un extraño lila, su cabello tan rubio y brillante, pero lo mas impresionante de todo eran sus orejas, largas y terminadas en punta. Tenía un brillo singular, capaz de opacar a cualquier estrella de la galaxia.

-¿Me deseas?- pregunto. Negué con la cabeza siendo conciente de que no encontraría mi voz- ¿Me amas?- pregunto.

Mi corazón comenzó a latir con fuerza, como si hubiese descubierto mi más preciado secreto. Sin pensarlo dos veces asentía nuevamente con la cabeza.

-Yo también- se limito a sonreírme- Desde hace mucho- dijo con una melódica voz, de acerco a mi cortando la distancia que nos separaba- ¿Sabes porque me amas?- sin dudar negué- Por que yo hacía lo desee, por que no creías en mi.

Esas fueron sus últimas palabras antes de posar sus labios sobre los míos y desaparecer del mundo, que yo creía hasta el momento, solo era trivial.


Luchy Franco.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Reflxión de poco Sentido

¿Cuántas veces nos ponemos a mirar la ventana, viendo pasar desconocidos frente a nosotros, e intentamos de esa forma dispersar nuestras preocupaciones? Quiero pensar que todos, aunque quizás de forma inconsciente, lo hemos hecho. Hemos tratado de pensar cual sería la vida de esa persona X. Quizás no justamente mirando por la ventana. Quizás en un sueño, en el supermercado, en la calle yendo a comprar pan...

...todos queremos escapar de nuestras preocupaciones - unas más graves que otras - , pero es algo que es normal. Que nos hace humanos.

El delirio del hombre, quizás no es un delirio, sino una realidad. Quizás es un sueño o una página de novela. Pero todo conlleva a lo mismo: ¿Qué cambia las opiniones de los demás a nosotros? En mucho, pero al mismo tiempo en nada.

Una simple vocecita del subconsciente, basta para romper nuestros esquemas. Nos lleva a donde quizás quería evitar llegar o al mismo principio de todo.

Ahora, si nuestro subconsciente es el único con el derecho para llevarnos a ese estado ¿Por qué dejamos que la realidad se nos adelante?

jueves, 12 de noviembre de 2009

Llora, no te avergüences.



Como si transparente fueran tus pupilas,
Las leo sin estorbos.
Finges risas de júbilo,
Con tus labios rojos.

¡Llora! No te avergüences,
De confesar que algo me has querido.
¡Llora! Que nadie nos mira.
Ya ves, yo soy un hombre y también lloro.

La sorpresa del mañana
Se mezcla con el cielo y la tierra
No existe la pasión certera
Y mucho menos con tus besos de menta.

Pereza es lo que hay en nuestro corazón
Gozamos de delirio
Sin ternura y sin pasión.
¡Llora! No te avergüences.

Ahora he de enmudecer,
Ya no hay nada que hacer.
Querer algo entre los dos,
Es como saltar sin caer.

No es locura nuestro dolor,
Ni armonía nuestra sanción
Aquí estamos los dos,
Por vergüenza en el amor.

La luna llora por nosotros,
De este amorío sin saber amar,
Aquí no hay triunfos,
Sólo una tregua sin acabar

El silenció nos invadió,
Esto es un simple adiós.
Sólo antes he de confesar,
Que lo nuestro no se acabo


Poema escrito para el concurso de Agosto del foro Paradise Of Dreams.

Luchy Franco.

martes, 10 de noviembre de 2009

Rosas


A veces, la única forma de no sufrir demasiado, es mediante la locura de uno...

Ayer te vi, ¿Puedes creerlo? Es extraño estaba sentada frente a la ventana y te vi llegar con un ramo de flores marchitas. Se que te estas riendo de mí en estos momentos, pero yo sé lo que digo. Estabas mojado por la tormenta y en tu rostro se mezclaba la agonía con la euforia

¿Qué contradictorio verdad? Pero eso es lo que transmitías.

Me entro curiosidad, así que salí. O eso intente, ya que me perdí en el camino. Grité tu nombre, pero sólo risas escuche como respuesta.

Cuando encontré la puerta ya no estabas, ni las rosas. Me deje caer en el porche y con el paso del tiempo mis ojos se fueron cerrando. No me moví, quizás volverías.

Al final me quede dormida, y me desperté hace unas horas. No estoy segura de cuanto dormí ni de como entre de nuevo a mi casa. Lo que sé es que junto a mí estaban tus rosas marchitas.

Luchy Franco.

Banners de Juego Con Fuego







Gracias DaniCullen por las imágenes para Juego Con Fuego.







viernes, 6 de noviembre de 2009

Leyenda de San Valentín (FF)


No hay muchas cosas que llamen mi atención. En mas de 100 años he visto cosas al pasar, extrañas si, pero no extraordinarias. Son pocas las cosas que lograron desear volver años atrás y buscar el significado del mundo.

Es fácil maravillarse con los objetos materiales, pero después, con el tiempo, uno deja de darles importancia. Al fin y al cabo son solo objetos inanimados y sin sentido.

Lo que realmente me deja sin aliento, aún después de ciento tres años de conversión, es ver como aún hay esperanzas en el amor. En estos tiempos, es muy difícil encontrar una pareja que crea en lo que tiempos atrás era primordial. Ahora todo lo que los atrae es el sexo y el dinero, nada más. La atracción física se ha vuelto más fuerte que la atracción emocional, y así ha pasado con el mundo.

El hombre de hoy en día ha dejado lo que antes valía la pena, por cosas sin sentido. Siempre estoy escuchando lo mismo “La cuentas no cierran” “Quiero divorciarme, él tiene una amante”, entre infinidades de cosas como esas.

Cuando comencé con mi trabajo, esperaba poder rescatar esas pocas personas que aún valoraban la vida en estos tiempos.

Al principio pensaba que lo estaba haciendo bien, aconsejando a parejas que recién comenzaban una vida juntos. En esos momentos no era conciente de lo que realmente pasaba, o no quería verlo. Pero los años me dijeron que no podía ignorarlo mas, me estaba convirtiendo en uno de ellos. En una persona que vivía para conseguir dinero, entonces lo deje todo.

Me aleje de la oficina, de los suburbios de New York, y me fui a un pueblo de mala muerte…

…Forks.

Era perfecto para una persona con mi condición. Era el lugar mas húmedo de los Estados Unidos, lo cual me permitía andar libremente sin necesidad de preocuparme por la luz del sol.

Nadie estaba enterado de mi presencia. Deje que en New York me dieran por muerto, para empezar una nueva vida. Lejos de la lujuria y las trivialidades de las grandes ciudades.

Con pocas cosas me instale en una sencilla cabaña internada en el bosque que rodeaba Forks.

De apoco me hice conocer. Me dejaba ver en las calles, y cada quien que me preguntaba quien era o de donde venia, les respondía lo mismo “Vengo de la vida, y estoy para servirle”

No tardaron en ponerme un apodo. El anciano de Forks. Aunque mi aspecto no era de anciano. Ante los ojos mortales, debía ser una ángel, un alma divina. Ante los ojos de los grandes, un vampiro.

No me importaron los rumores, de alguna forma me favorecieron. Pocos eran los que se animaron a acercarse a mi morada en busca de consejos. Pero terminaba por echarlos.

Pasaron años, hasta que una noticia llego a mí. Un nuevo clan de vampiros se hospedaba en Forks.

Al principio no me intereso. Pero al pasar los años, mi curiosidad aumento. Llevaban ya tiempo instalados allí, pero lo más extraño es que no se encontraban asesinatos insólitos en los diarios. Ellos eran diferentes.

Pensé millones de veces en acercarme a presentarme, para conocerlos personalmente. Saber que era lo que planeaban, su estilo de vida, pero lo más importante sus metas. No era algo normal, el que una familia de vampiros se quedara en un pueblo tanto tiempo, y dejándose ver. No era normal en absoluto que no se hallaran crímenes sin soluciones a los alrededores.

Un 14 de febrero, el gran día festivo para los mortales: San Valentín, me encontraba como siempre enriqueciendo mi cultura con antiguos libros que el mundo mortal creía perdidos, cuando sentí la esencia.

Era una esencia diferente. Totalmente adictiva. Jamás en todos mis años de vampiros la sangre humana me había atraído de esa forma. Creí que iba a enloquecer. Y como si el mortal fuera conciente de mi sufrimiento se acercaba más.

Cuando estuvo a solo un par de kilómetros de mi morada, sentí otra esencia. Pero esta no era humana. No, no, no. Era uno de los míos. ¿Qué hacía con un humano? ¿Era su cena?

Pensé en escapar, si era su presa no deseaba ser testigo de tal atrocidad. Pero realmente lo que me espantaba era la idea que cuando dejara correr su sangre, yo no podría detenerme y dejaría que mis instintos animales salieran de su prisión.

Trate de tranquilizarme, no debía interponerme. No podía dejar todo lo que había logrado en todos estos años, para que un humano inútil lo arruinase.

Espere a que se marchasen, pero cada vez estaban mas cerca. Ya podía oír el corazón humano. No se oía para nada horrorizado. De hecho estaba tranquilo, en ocasiones parecía detenerse y luego volvía a latir con frenesí.

Después de un siglo estaba asustado. Por primera vez no sabía que iba a pasar.

Entonces sus voces me llegaron.

-Esto es ridículo.- se quejaba una voz aterciopelada. Sin duda era el vampiro- Nuestro amor no necesita ser bautizado por un loco para que dure por siempre- seguía quejándose- Ya me tienes para siempre, ¿Qué más quieres?

-Si eso es así, esto no tiene porque molestarte. Vamos, Edward. Solo quiero saber que nos depara el futuro…

-Eso puede decírtelo, Alice- mascullo y la dulce voz de la humana se hizo oír en una tenue risa.

-Sólo quiero intentarlo, ¿Si? Como regalo de San Valentín- rogó la humana.

Podía oler desde mi lugar como la sangre se acumulaba en sus mejillas, se estaba ruborizando ¿Cómo soportaba aquel vampiro tanta agonía?

Esto sin duda era algo que sobrepasaba mi imaginación. No podía creerlo. Era increíble. Lo que había buscado todos estos años se presentaba ante mí sin un aviso.

-Quise darte todo tipo de regalos por San Valentín ¿Y los rechazaste por esto?- se mofo.

-Sabes que no me gustan los regalos materiales. ¡Oh por favor, Edward! No te cuesta nada, si no te convence al menos lo intentamos.

El chupasangre mascullo unas cuantas palabras en latín y luego suspiro.

-Bien.

Después de esa pequeña discusión no escuche más. El olor de la sangre de la humana había quedado de lado, ya no me importaba. Estaba absorto por mi nuevo descubrimiento. Realmente era un milagro.

Sin duda después de esto iba a creer en San Valentín. Esto era lo que había estado buscando toda mi vida. El amor verdadero.

Definitivamente aquí no había lujuria y dinero de por medio. En esta pareja estaba todo lo que no había en el mundo. Él dejaba su sed de lado como sacrificio de su amor. Ella se enfrentaba a su muerte por su amor. Ella rechazaba los bienes materiales, por lo que no le importaba el dinero de su amante. Ellos eran amor puro.

Los golpes en la puerta no se hicieron esperar. Eufórico por la llegada de la pareja, corrí a mi velocidad natural y la abrí.

Entonces los vi. Una humana, de altura media, cabello castaño y ojos chocolates, de la mano de un vampiro. De más estaba describir su perfecta apariencia. Todos los de nuestra especie estábamos dotados de ella.

La humana sin duda se veía maravillada. Estaba feliz. Y él, a pesar de su furibunda mirada a mis aposentos y a mi persona, cada vez que desviaba su mirada a su humana sus ojos se iluminaban.

-Hola- dijo tímidamente la humana rompiendo el silencio.

-Pasen por favor- les ahorre la palabrería.

Ella me regalo una sonrisa amable y tiro del vampiro para que la siguiera. Él dejo escapar un gutural gruñido de su pecho, pero la siguió.

Deje que la puerta se cerrara, sin importarme la exquisita esencia de la humana.

No tenía necesidad de usar mi don para saber lo que sentía el uno por el otro. Podía verlo. Aún así hice uso de este.

Mi alegría se hizo presente en mi sonrisa. De verdad era amor. Y uno muy potente.

Me deje caer en mi silla detrás de una meza de madera, y le hice señas a mis invitados para que se sentaran frente a mí.

El vampiro se había relajado, de hecho una media sonrisa cruzaba su rostro.

-Muy bien- sonreí. La humana me miraba confusa, mientras que el vampiro trataba de contener una carcajada- ¿Ustedes son?

-Bella Swan y Edward Cullen- contesto el vampiro después de haber esperado que su pareja contestara, pero esta se veía perdida en la situación.

Cullen.

Él formaba parte del Clan, que había llegado hace dos años atrás. Así que esa era la razón. Se había enamorado de una humana y por eso se quedaban en Forks.

-No es del todo errada esa idea- contesto Edward a mis pensamientos.

No me asombre. Había caminado entre los míos mucho tiempo, y sabía que muchos poseían dones extraordinarios, al igual que yo.

-Interesante don- le felicite. Bella se vio totalmente confundida. Algo que me hizo gracia.

Edward se acerco a su oído para explicarle en un susurro. El corazón de ella parecía que en cualquier momento se saldría de su caja torácica.

-Él es como yo- ella asintió quedamente- y se dio cuenta de mi don- ella volvió a asentir.

Levanto la mirada y me observo con curiosidad.

-¿Qué don tiene?- me pregunto directamente. Parecía una pequeña niña con tal curiosidad.

Edward no pudo contenerse ante mi pensamiento y se rió.

-Es más perceptiva de lo que es bueno para su propio bienestar- me explico ganándose una fulminadora mirada de su novia.- Puede sentir las emociones,- le explico- algo así como Jasper, pero un poco más desarrollado.

La humana abrió los ojos sorprendida y dejo escapar una exclamación de sus labios.

-Entonces, ¿Qué es lo que quieren saber?- les interrumpí.

-¿Qué ve en nosotros?- pregunto ansiosa Bella.

-Futuro- frunció el ceño al no comprender- He pasado mi vida buscando un amor verdadero como el de ustedes- me sincere- Jamás había visto algo tan fuerte. Creí que ya no existía el amor como el que ahora soy capaz de sentir en su pareja.

Bella apretó la mano de Edward feliz ante mis palabras, y este le regalo una sonrisa. Podía sentir la alegría de él al ver a su pareja de esa forma.

-¿Tenían dudas?

-No- respondieron inmediatamente los dos.

-Entonces, déjenme decirles, que no comprendo su visita.

-No tengo dudas, tengo miedo- confeso Bella después de un largo silencio.

Edward dejo soltar un suspiro de resignación, y acomodo sus manos entrelazadas en su regazo, mirando hacía la pared de detrás de mí.

-¿A que le temes?- ignore a Edward, y me concentre en lo que la humana me había dicho.

Sin duda era algo razonable si se pensaba detalladamente. Es decir, ella se estaba jugando cada segundo de su vida por estar al lado del vampiro, y me sorprendía el hecho que aún sabiendo lo que él era ella se mantuviera a su lado.

-A perderlo- contesto como si fuese algo obvio.

Esa respuesta me dejo sin aliento. No temía su seguridad, sino la de él. Sin duda esto sería algo que jamás volvería a apreciar.

-Creo estar en lo correcto cuando te aseguro que ya le tienes para siempre.- trate de contestar lo que me imaginaba y lo que había escuchado minutos atrás cuando se dirigían a mi morada.

-Lo esta- intervino Edward, sin mover su vista de la pared.

-No, no lo se- continuo Bella- Sabe mejor que yo lo que es él. Conoce nuestras diferencias.- no entendía a donde quería llega.- Soy humana. Estoy limitada. Yo moriré, él lo hará cuando yo lo haga y no es justo. No quiero…

-Hay otra solución- transfórmala.

-Usted también, no por favor- suplico Edward.

¿No quería transformarla?

Esta vez la que contesto a mi pensamiento, fue Bella.

-No. El se niega a transformarme.

No iba a preguntar el porque. Aunque quería saberlo.

-No le pregunte- se apresuro a advertirme Edward en un tono de voz que estaba seguro que Bella no lo había oído.

-¿Y no te alcanza con tu vida humana?

-No.- respondió segura.- Lo amo, y no quiero perderlo. Nunca.

-Entiendo.- dije. De verdad la entendía. Sabía lo que sentía mejor que ella y no comprendía porque Edward no quería transformarla- Voy a explicarte una cosa. No cuentes los años que pasas a su lado, cuenta lo que vives con él. No es necesaria la eternidad si lo amas como lo haces. Puede que la eternidad se vea prometedora, pero la mortalidad también lo es. Piensa en lo que tienes, y no lo que te falta. Se que están atados, pero piénsalo si fuera a la fuerza. Todo lo que construyeron se perdería- sentí como Edward volvía su mirada a nosotros.- Si quieres ser transformada, espera. Cuando él este preparado, cuando no se sienta atado lo hará. De esa forma si perdurara.

La sonrisa de Bella fue impagable. Y en un segundo que no vi venir, me abrazo con fuerzas. Eso era algo sin duda impresionante. Se veía agradecida por mis palabras. Detrás de nosotros la musical risa de su pareja inundaba el ambiente.

Ese fue el día en que volví a creer en San Valentín. El día que mis esperanzas volvieron a crecer.

No los volví a ver, pero no por eso deje de saber de ellos.

Ambos tuvieron la amabilidad de mandarme su tarjeta de boda. No fue algo que me sorprendió. Sabía que después de ello, Edward la haría suya para la eternidad.

Debía admitir, tardo menos de lo que esperaba en comprender mis palabras. Solo le llevo un año el decidirse de que hacer con ellos. Le tomo un año saber que no quería perderla jamás.

Ahora podía pasear por mi mundo y el de los mortales sabiendo que aún había esperanzas, y que mi meta ya la había cumplido.

Lo que había estado buscando por años, la meta que debía cumplir en mi mundo había sido saldada y ya no tenía nada más que hacer. Al menos en esta existencia.

Ya había llegado mi hora. Yo ya debía irme.

Pero no sin antes saber, que San Valentín no es solo una fiesta comercial, hay personas que realmente merecen festejar su amor. Y estoy seguro que no serán los únicos, ni los últimos en festejarlo.

Esa es mi historia. Quería que la conocieran antes de acabar con mi vida. Querían que supieran que a pesar de vivir en un mundo material donde parece que jamás habrá paz, que no hay que olvidar la esperanza.

El amor es incierto, es un milagro, y todos podemos ser dotados…

Sólo me queda agregar…

Un vampiro te amará por siempre.

Luchy F.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Por todo esto no volveré a creer en un cuento de papel




Más de una vez he leído cuentos de hadas. Realmente yo me sentía una Princesa de Cuento Infinito. Si, con ese absurdo nombre me hacía llamar.

Chateaba bastante para conocer gente, era muy conocida por la Web con aquel nombre. En aquel entonces yo creía en los cuentos de hadas: en el príncipe azul, en el amor verdadero, en la magia, hasta quizás en un hada madrina.

Después de un tiempo conocí a un hombre, nos encontramos personalmente y salimos por un tiempo. Por aquel entonces me sentía completa, sentía que los cuentos de hadas eran reales. Él, hasta ese entonces, me completaba.

Al año nos fuimos a vivir juntos, toda una experiencia. Por mas que no vivíamos en una casa lujosa para mi era un palacio hecho a nuestra medida. Hasta aquel entonces todo era perfecto.

Pero las historias de amor no existen, y esta no es una excepción. No voy a negar que si creía en ellas y que estaba segura de que la nuestra entraba en esa categoría “Felices para siempre”, pero entendí que todo era un invento…

Después de cuatro perfectos años nos íbamos a casar, recuerdo ese día mejor de lo que pensaba. Lleva en mí desde entonces, pensé que el día en que me había pedido casamiento ocuparía mi mente hasta la muerte, pero este hizo que dejará al otro de lado.

Estaba vestida con un clásico vestido blanco estilo princesa, como hasta ese momento me sentía: una princesa. Nos encontrábamos frente al altar, la ceremonia estaba por llegar a su fin sólo faltaba la parte más importante: el “sí quiero” de los dos.

Yo ya había contestado sin pensarlo ¿Qué tenía que pensar? Estaba con mi príncipe azul, frente al altar, sintiéndome parte de un cuento de hadas, “el amor triunfaría” pensaba.

Pero mi corazón se detuvo cuando la respuesta de mi futuro esposo no llego. Habían pasado ya unos cuantos segundos desde que el cura le había preguntado si aceptaba y él aún no contestaba.

En ese momento mi mundo se vino a bajo, y lo entendí todo…

-Lo siento- me susurro al oído- pero no te amo…

Después de ellos se marcho del altar dejándome sola y desconsolada. Desde ese día no he vuelto a verlo, como el viento se lo llevo así también mi vida. Mi mundo ya no era el mismo, ya no había magia, no había amor, no había ni príncipes ni princesas, sólo el mundo real. Sólo estaba yo, llena de odio hacía aquella persona que me arrebato la felicidad, hacía aquella persona que no me dejo amar…

Y hasta el día de hoy sigo sin encontrar a quien me complete, nunca encontrare a mi príncipe azul… ya todo es negro.

lunes, 6 de julio de 2009

Espero que te guste



Aclaración: Esta carta no la escribi yo, sino es una carta de 'verdad', y con el permiso de la destinataría, pude corregirla y publicarla. Espero que les guste, ¡Y todos queremos un chico que nos escriba esto! (el titulo es el mismo con el que fue mandado por mail)

La única manera que se me ocurrió decirte esto fue por acá.

Esta es la forma rara mía de quererte. Acá estoy, como siempre, pensando en ti. Tomando algo, mirando, el vaso en la que dibujo tu cara… y me pregunto, como todas las noches, ¿por que no estas a mi lado?

Falta en mis días tú presencia, tu sonrisa, tu caricia, tu cuerpo y hasta esa forma rara en que me miraste aquella noche. Solo tengo tu recuerdo, el recuerdo de lo que somos o fuimos ese día.

Te tomo en cada sorbo, te encuentro en todo lo que miro, aunque no lo creas, te respiro a cada segundo.

¿Por que?

Porque vivís en mí, te llevo dentro de mi piel... y ahora dime: ¿Cómo lo haces? ¿Como haces para tener siempre en la boca esa sonrisa tan hermosa? ¿Como haces para estar siempre inmerso en ese mundo en el que solamente tu importas, y en el que no vive nadie?

Por que yo te veo en cada cosa que miro, en la sonrisa de alguien que la tenga igual de linda que la tuya… Aunque, a decir verdad, dudo que eso sea imposible. Por que no creo que haya ninguna cosa tuya que se comparé con la de alguien más.

Siempre estas presente; en el sol de todas las mañanas, en el pizarron de matemática, geografía y toda las materias. En el desayuno, en el pavimento de las calles. Mientras camino, a cada paso, en cada paso que di ayer, en el que doy hoy y en el que voy a dar mañana… por que sos parte fundamental de mi cabeza, de mis pensamientos, de la persona que soy y de la que quiero ser para ti.

Hasta que de una ves por todas te des cuenta que el que mas te quiere en este mundo soy yo y nadie mas me supera. Sueño con que me quieras, me sueñes y me respires a cada segundo...

¿Cuando iba a imaginarme yo que podría querer tanto a una persona que conozco hace tan poco?

Por que sos un personaje que entro en mi historieta, que ni yo conozco el final. De una historieta que deseo terminar algún día, y encontrar el final de esta razón que raramente me ata a ti; y constantemente, a cada momento, me mata...

Por que te quiero, te amo y te necesito...

….y con solo saber que existís, yo vivo.

TE QUIERO, ENSERIO.

Luchy F.

sábado, 27 de junio de 2009

Life Will Go On


Consejo: Leer este relato con la canción 'Life Will Go On' de Chris Isaac. Le juro que es hermosa y vale la pena oírla.

Decir adiós sabiendo que este es el fin es algo duro. El saber que los sueños cariñosos y los recuerdos de esos amores demasiado dulces no volverán.

Seca las lágrimas de tus ojos, princesa. Este no es el fin de todo, sólo de este amor marchito. Te juro, cariño, que la vida seguirá. Porque aunque no nos agrade el tiempo no se detiene, pero a veces parece hacerlo.

A veces se piensa que habrá otra oportunidad para salvar este amor, pero es una tarea inalcanzable, es imposible. Nuestro amor ya se ha enterrado, este es el fin del romance.

Los corazones se han quebrado, pero son fuertes y continúan con su camino, jamás detienen su andar.

Llego la hora de enfrentar al mundo por sí mismo.

No puedo mentirte, habrá veces que los cielos parecerán oscuros, pero siempre es azul. A pesar de que muchas veces no lo creemos. Siempre pienso en él y recuerdo como estabas en mis brazos, anhelo esa sensación de satisfacción.

Prometo que caminaré cerca de ti para no perderte, pero al mismo tiempo tengo que pensar que la vida continua, y que mi corazón necesita pronto un remedio para sanar este dolor.

Sé que el tuyo se encuentra en este mismo estado, que quizás tardes más en recuperarte. Pero debemos entender que aunque nos amemos con intensidad sabemos que no podemos estar juntos, porque la traición no es algo que podamos perdonar fácilmente ni borrar.

Ahora sí, lo único que puedo asegurarte es que la vida sigue y nosotros nos movemos con ella, siguiendo su mandato.

La vida continuara, siempre...

Luchy Franco

domingo, 7 de junio de 2009

Demencia




Estaba escondido entre todos los equipajes del último vagón de un viejo ferrocarril. No era novedad el que me infiltrara en un tren para poder viajar sin necesidad de tener dinero.

Sé que muchos pensarán que esto es absurdo, es decir, un billete de tren no cuesta más que cuatro monedas no importa el destino. Pero no tengo esas cuatro monedas, no poseo entre mis pertenencias ese material al que se lo denomina dinero.

Si se lo piensa con atención, es el objeto más valioso del mundo y el que más problemas trae consigo. No cuesta nada fabricar una moneda, pero cuesta conseguirla.

Yo soy víctima de este poder que maneja al mundo. Soy un ser que vive de su charango y de las limosnas, de la demencia de los que me rodean y de la mía propia.

Me acomodo entre tantos equipajes, al mismo tiempo en que me pregunto que abra dentro de ellos. Lucho contra esas ganas, soy un vagabundo no un criminal. Pero a veces la mente nos juega en contra, y maneja nuestros impulsos como piezas de ajedrez. A veces piensa los movimientos y otras veces no.

La venzo. Si, si. Logro contener mis ganas, pero necesito descargar esas emociones que me están quemando por dentro. Suspiro frustrado. Me arreglo los guantes de lana gris llenos de agujeros, y acomodo mi charango entre mi hombro. Pongo mis manos en la posición adecuada entre las cuerdas y comienzo con mi canto.

No es un canto agradable, mis cuerdas vocales no se acoplan al ritmo de la melodía. Descanso mi cabeza en la pared del vagón y escondo mis pies desnudos bajo una maleta de tela oscura. Me dejo relajar.

Ya mis manos se cansan de tocar, por lo que dejo mi única regalía. La apoyo en el suelo junto a mí. Me quedo en silencio, trato de imaginar algo que me distraiga, pero no puedo. Al menos no sin una dosis marihuana.

Busco entre los agujereados bolsillos de mi chaqueta, hasta que mi mano choca contra una bolsita de hierva. Se que es de idiota mi reacción, pero en mi mundo es lo único que hay.

Me dejo llevar por mi adicción, y caigo en la demencia. Mi mente empieza a crear distintas imágenes, pero me concentro en sólo una. Una que no tiene una figura definida, pero que llama mi atención. El espíritu esta envuelto por una espesa capa de humo blanco, igual a la que se ve en el vaticano cuando es elegido el nuevo Papa.

La espesa nebulosa se acerca a mí y me acaricia el rostro. No puedo sentir su tacto, pero observo el movimiento. Sé que me esta acariciando.

Un movimiento sacude el vagón y todo desaparece. Vuelvo al mundo real, y me arrepiento. Me gusta hundirme en mi propia demencia y no en la de los demás.

El ferrocarril se detiene, tomó mi charango y camino hasta una ventana. Observo para todos lados tratando de que nadie me descubra. Al verificar que el perímetro esta limpio, creo mi propio mundo de película de acción, y salto de la ventana. Caigo de rodillas en las vías. Me agacho para esconderme entre los grandes paredones y corro sin que nadie se percate de mi presencia.

Entonces, cuando llego al túnel y veo las luces de otro ferrocarril frente a mí, me rió y sigo caminando hacía él.

Tomo lo último que me queda de marihuana para poder visualizar a esa alma sin figura de humo blanco.

Estoy felizmente perdido en mi demencia. A la distancia logró verla.

Escucho a los lejos la bocina del ferrocarril, y después un rápido dolor, mis ojos se cierran y la oscuridad me invade.

En minutos la felicidad vuelve a mí. Me invade una euforia insoportable, y luego siento una caricia.

Abro los ojos y me encuentro con esa nebulosa, pero ahora no sólo la veo sino que la siento. Sonrió y me aferro a mi demencia. Sin duda, la mejor escapatoria a todas las demás.

La mía.

Luchy Franco

viernes, 29 de mayo de 2009

El Hombre del Piano Rojo


Esta es una historia que sucedió un sábado, de que no importa que mes, no quiero entrar en muchos detalles.

Llegue por equivocación, una noche, a aquel café. Y entre toda la multitud, el humo y sudor, solo una cosa capto mi curiosidad. Al final del bar, en la parte más oscura de este se hallaba un viejo piano rojo y frente a él un hombre perdedor que tocaba cada nota con un desgarro de dolor. Su triste canción trasmitía derrota y dolor.

Camine con mi vista fija en él. Hay una mesa vacía a su lado. Él levanta la vista cada tanto a fijarse si alguien se sentó en ella, y al no haber nadie, desilusionado, vuelve a su canción. No estoy segura de lo que hice, pero sin pensarlo dos veces me senté en aquella mesa donde me sentía invitada por su mirada.

Gire la silla para tener una mejor vista, pero el ruido ocasionado al moverla hizo que el hombre dejará de tocar. Se quedo estático en su lugar, y con detenimiento fue volteando la cara. Miro mi sitio con concentración, buscando algo. Le sonreí y lo salude con la mano, pero no me contesto. Siguió buscando. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué no me miraba, por qué no me respondía a mi saludo?

Su rostro se veía tan esperanzado en busca de esa persona, y de repente su rostro se crispo con decepción, dejando a un lado a la fe y volviendo a poner sus dedos en las gastadas y sucias teclas del piano. Se abrazo, sin fuerzas, a su tabla de madera laqueada que usaba para huir.

Obvie la escena pasada y me dispuse a oír y dejarme sentir cada lastimera tecla que sonaba.

Al final de cada canción, trataba de relajar sus emociones. Tomaba el vaso de whisky que tenía al lado, pero nunca se lo llevaba a la boca. Sus manos temblaban al agarrarlo y parte de aquel fuerte líquido caía sobre el piano. Desesperado por la torpeza, encendía un cigarro pero no lo fumaba. No. Lo tomaba entre sus dedos y veía como se descomponía. Lo sacudía un par de veces para que la ceniza que sobraba cayera sobre el cenicero. El mesero pasaba antes de comenzará a tocar nuevamente, se llevaba el baso vacío con el y al rato regresaba con una nueva recarga.

Entonces la escena se repetía. El hombre tocaba una canción desgarradora, acababa. Tomaba su vaso, el líquido se esparcía por el piano. Tiraba de sus cabellos, con ganas de llorar pero no lo hacía. Encendía un cigarro, lo veía descomponerse como si estuviese observando como de esa misma forma se descomponía su alma. El cigarro terminaba de consumirse y volvía a tocar una nueva melodía melancólica.

El hombre miraba cada tanto a mi mesa, pero miraba a mí alrededor y no a mi persona. Seguía buscando a alguien – o algo – pero no lo encontraba. A veces su vista se fijaba en mí, pero no podía decir con exactitud que parte de mi cuerpo estaba viendo, ya que parecía que estaba en otro mundo.

De repente tiro el banquillo hacía atrás y se puso de pie. Dio un paso en dirección a la mesa en la que me encontraba, pero rápidamente se detuvo. Se quedo estático en su sitio, como una estatua. Mire alrededor, nadie le prestaba atención, todos seguían en sus propios mundos ahogando sus menas en el alcohol y el sexo.

Me di cuenta que no iba a acercarse más, por lo que fui yo quien lo hizo. Me puse de pie, pero no pude dar ni un solo paso. Como si de una descarga eléctrica se tratase, el hombre salto en su lugar y rápidamente volvió a sentarse en su lugar frente a su piano rojo.

Su música mágicamente logra hacerme sentir bien. Camino con pasos lentos hasta colocarme detrás de él. Puedo sentir como se tensa su cuerpo y como las teclas responden a su cambio de estado.

Por primera vez me percato que detrás del piano rojo hay un espejo en la pared. Levanto la vista porque me da curiosidad saber como quedamos nosotros dos juntos, pero no lo veo. Más bien no me veo. Retrocedo un paso asustada, ¿Por qué no estoy en el espejo? ¿Es un holograma o estoy totalmente loca?

El hombre del piano rojo se concentra en tocar solo dos notas y suelta un suspiro. Masculla algo ente dientes, pero no le presto atención.

Mi vista inevitablemente vuelve al espejo, veo a todos los comensales, los camareros llevando bebidas de un lado a otro, las mujeres vendiendo su cuerpo a los hombres desesperados. El hombre del piano, la silla y la mesa donde me encontraba anteriormente, y luego nada. Simplemente mi reflejo no aparece.

Una persona se esta acercando a mi, oigo sus pasos. Me pongo frente a ella y la enfrento. La mujer tirando de un hombre, pasan sobre mí sin verme y yo no siento nada. ¿Qué es lo que esta pasándome? ¿Estoy soñando?

Y de repente dejo de pensar en mí. De reojo veo un reflejo singular en el espejo que llama mi atención. Doy media vuelto y me encuentro con la historia del hombre del piano rojo.

Esta más joven en el espejo, y sigue sentado en el piano rojo, pero este se ve en mejor estado. Su niñez se hace presente en la melodía que esta componiendo.

El hombre parece sentir mi curiosidad, y como si supiera que estoy detrás de él, levanta la vista en el mismo punto en la que la mía esta fija. La imagen en ese momento cambia. El hombre se convierte en un naufrago perdido entre borrachos con babas que constantemente le recuerdan quien fue y lo que es. Lo que veo y él ve, es el retrato del presente, su vida.

Y entonces nuevamente, con el cambio de la música, la historia cambia volviendo al pasado. El hombre agacha la mirada y se refugia en su instrumento gastado. Instantáneamente, mi mente se ve controlada por los recuerdos.

El era un joven maestro de piano, atado a una mujer. No había cadenas forjadas, sólo un hilo de cocer. No estaban atados a la fuerza, sino por propia voluntad. La mujer pasa a ser un punto importante en la historia, ya que no es una vulgar mujer como las que hay en este momento detrás de mí en el café. No. Esta mujer es de suma importancia, esta mujer es la que inspira al artista, esta mujer era la que se ataba cada vez más cerca del hombre del piano rojo. Podía sentir y envidiar cada sentimiento que provenía de ella. Era un sentimiento calido, hermoso, feliz… un sentimiento que era bien recibido y correspondido.

Pero la escena cambia, y ya nada es lo mismo. El hilo empieza a gastarse, y a la mujer raíces crecen de sus pies aforrándose como puede al piano de su amado. Eso no es suficiente, no si sus alas de ángel tiran de ella para llevársela. La mujer no se da por vencida, y lucha contra la fuerza. Se mete en una jaula, pero no es suficiente. El hombre se encuentra desesperado, no sabe que hacer para retenerla a su lado.

La mujer con la misma desesperación, procede a cortarse las alas. El corte fue profundo, pero no mortal. No, no. Y aún así sabe que no esta a salvo. Sabe que pronto se irá. La vida se le iba.

El hombre corre por el mundo en busca de una solución. El piano rojo sigue presente en la escena, la mujer se agarra de el. Ella sabe que ese piano es el alma de su amante.

El hombre sigue corriendo, no encuentra solución. Después de varias vueltas al mundo, infructuosas, decide volver a su piano y ángel.

Pero cuando llega no se encuentra con nada más que el piano rojo. Todo esta destruido, sólo quedan ruinas. Esta la jaula donde su amada se encontraba, hecha trizas. Hay plumas, de las alas que se corto, por todo el salón. Las raíces siguen aferradas al suelo, pero ya no hay fortaleza que las mantenga con vida. El piano rojo se desgastado, quizás por la batalla que tuvo que pelear sólo mientras su dueño buscaba ayuda.

El hombre destrozado huye con el piano…

…y luego el reflejo vuelve a ser el de la realidad.

Miro al hombre que acabo de tocar. Se gira en el banquillo y por primera vez me mira a los ojos.

Su rostro esta demacrado, derrocha agonía por el lugar. Siento compasión por el hombre. Él a cambio me regala una triste sonrisa.

“Nunca te cansas de ver esta historia” parece que se dirige a mí, pero no comprendo el sentido de sus palabras. “Te espero mañana a la hora de siempre”

Antes de que pudiese voltearse nuevamente al piano, me veo en sus ojos. Veo por primera vez mi figura, mis facciones, mi rostro. Dejo de respirar, y me doy cuenta de que no necesitaba hacerlo, que sin aire puedo estar fenomenal.

Era yo la mujer del pasado del hombre. Mis ojos se abren al caer en la realidad, y una lágrima de un líquido rojo con olor a ácido sale de mi ojo izquierdo.

El hombre ya me dio la espalda y volvió a tocar.

“Te amo” eso oigo gracias al micrófono que tiene el hombre frente a él. No lo soporta más, y deja de tocar. Golpea con furia al piano rojo que se encongue con él, y lo vi llorar.

Después de eso, nuevamente las alas me llevan. Lucho contra la fuerza, pero pierdo la batalla. Aún me queda la guerra.

Y de esa forma dejo atrás el bar, los borrachos, el humo y al hombre del piano rojo.

Luchy Franco

sábado, 23 de mayo de 2009

Gabriel



Querido amor,

Es inútil el perdón.

Pero la venganza, no.

Sigue corriendo, quizás algún día llegarás a ese reino de maravillas, pero te advierto no es tu sueño. Las maravillas que nos recorren no son la del maravilloso mundo de Alicia, no hay conejos blancos con relojes, ni tazas parlantes.

No. Este el maravilloso mundo, es algo más cruel. Mas cercano a la creencia de los católicos sobre la existencia de un infierno.

¿Cómo lo sé? Es sencillo, estoy en él.


El hombre corre por la pradera desolada, y no encuentra salida. No hay final a la hierba seca y a los árboles de robles húmedos. Él trata de huir de la voz que lo persigue, pero no puede: ella es más fuerte.

¿Te han contado la historia del ángel caído? Si no la has oído, sólo te contare lo que debes saber.

Los ángeles no tienen un sexo definido, los ángeles no tienen un poder superior, los ángeles no regalan amor sin un alto precio como contrato, los ángeles no son lo que se cree.

Yo para tu desgracia – o no – soy un ángel. Tu propio ángel. Pero no soy uno vulgar de reglas sencillas, soy mucho más que eso.


El hombre detiene su carrera de golpe y respira cansado. Mira al cielo y lo señala con su dedo índice de forma amenazante.

Sin poder controlar su ira, deja que sus palabras fluyan de sus labios maldiciendo a aquella voz que lo tortura. Se deja yacer en el mojado césped amarillento, y se cree triunfador.

Piensa realmente que sus palabras alejaron a esa indestructible voz.

Su cuerpo empieza a calmarse, y entonces la voz se hace presente. Primero tan sólo con una divertida y malévola risa; luego con palabras. El hombre deja de respirar por la sorpresa y con la mayor fuerza de voluntad que junto, se levanto con rapidez y torpemente para empezar a correr nuevamente.

¡Que ocurrencias tienes, amigo! Creer que una fuerza tan superior a ti pueda ser vencida por bastas palabras.

O quizás sí. Ya que no sé a quién querías derribar. No quiero ser entrometido, pero puedo asegurarte de que señalaste mal a tu amenaza, ya que yo me encuentro bajo tu sombra.


Otra risa malévola. El hombre detiene su paso, ya no puede respirar, ni comprender que es lo que le esta pasando. Sabe que ya no vale la pena correr, que no se deshará de la voz. Se sienta en el suelo, y mira a su sombra con atención.

No ve nada. Al menos nada fuera de lo común. Piensa que esta enloqueciendo, que lo esta creando su mente; pero entonces su propia sombra en e césped lo saluda. En ese segundo cuestiono drásticamente su estado mental, pero la sombra se burlo de él.

Aún no esta seguro de cómo no sufrió un paro cardiaco.

Tranquilo no estas más demente de lo que los están todos los seres del universo. No pienses en como librarte de mí, porque en realidad yo no soy el culpable de tu devoción.

Si quieres ‘vencerme’, deberías fijarte en ti mismo, amor.


El hombre tembló al repentino cambio de voz de la voz. Se le hizo familiar, pero no podía recordarla. ¿Qué era lo que él hombre estaba ocultando? Pues ni él podía recordarlo.

¿Cómo puedes olvidarlo? Fui tu sombra más de una vez, fui tu fiel seguidor. ¿Cómo me pagaste? ¡Con errores! Con tus malditos errores, me he caído. Por tu culpa estoy en el lugar equivocado. Profano sufrimientos y males, me alimento del temor de los pobres y de la agonía de los que sufren. Y todo, todo lo que hago se debe a ti.

Me convertiste en ese ser oscuro al que le había temido, luche contra los grandes por ti para que oses olvidarme. ¡¿Cómo te atreves, tu humano?!


El hombre tembló al escuchar la ira de la voz. Pero seguía sin poder recordar. Miro su sombra fijamente, y esta se dividió en dos. El hombre catatónico, no creía en lo que se había convertido su sombra: en dos figuras. Una claramente de un hombre y de lo que parecía su mano salía una cadena… detrás de ella una mujer a sus pies. El hombre sintió dolor, un profundo e insoportable dolor. Jamás había sentido algo de aquella magnitud. Tan insoportable, tan irracional.

Se tomo su estomago, como si ello pudiese calmar el dolor.

¡Siente lo que he sentido por ti! ¡Lo que he soportado por amor, y que jamás me correspondió! Pues ahora, cariño mío, te confieso que soy Gabriel. El ángel caído de Dios, que se enfrento a él por codiciar lo que no tenía, y que llego a ello por tu error.

Nunca me sentí parte del paraíso. Cuando me empujaron de él dejándome caer mi propio reino de tinieblas, no me importo; porque, ingenuamente, pensé que estarían allí a cada paso.

Pero al igual que ellos, me echaste de tu camino. Me lanzaste a un lado de la carretera y te olvidaste de mí como si de un trapo se tratase.


El hombre sintió una punzada en el pecho, y como si de magia se tratase, entendió. Entendió cada palabra que la voz le gritaba. Él era el culpable, él había codiciado a un ángel y después lo derrocho. Él había herido y matado inocente enfrente de la voz. Él, como la voz lo acusaba, era el culpable de la existencia de Gabriel.

Se sintió culpable, el remordimiento se esparcía rápidamente por su ser. No lo soporto más, y lanzó con fuerza las más sinceras palabras de su vida.

“Lo siento”

Es inútil el perdón.

Después de esas últimas cuatro palabras el hombre dejo de escuchar la voz. Su sombra había vuelto a ser la misma, ya no sentía aquella presencia descontrolada.

El hombre, sabiendo todo lo que había hecho no pudo soportar el volver a su vida cotidiana.

Por lo que con decisión, camino hasta la parte oscura de la pradera, y sin mirar a donde pisaba siguió de largo.

Su pecho se achico cuando uno de sus pies dejo de tocar suelo fértil. Aún así siguió de largo.

No sintió dolor. No grito al caer. Simplemente se dejo hacer.

Lo que si sintió fue calor. Un calor asfixiante que recorría su cuerpo.

Es inútil el perdón, pero la venganza no.

Luchy Franco.

jueves, 21 de mayo de 2009

Segundo Premio: 'Olha que Blog Maneiro'




Que decir? En fin, mejor tarde que nunca xD. ¡Gracias Jain! Gracias por estar ahi hechandole una miradita a mis locuras, por apoyarme... por todo ^^

2-Buscaras mi Muerte de Luchy- Cada relato, carta, historia... TODO lo que escribes, me dan ganas de masticarlo y sacar todo los nutrientes que tiene... Escribes estupendamente genial!! Me encanta TODAS tus historias.. y espero que tu novela Aconito, tenga un gran excito cuando la publiques... porque eso espero... tienes que seguir escribiendo, porque ese es tu gran don. Sere tu fan #1 toda mi vida!!

Nose que más decir, simplemente GRACIAS, y lamento la tardanza de 3 meses...Pero no seria yo si no hiciera las cosas siemrpe tarde.

Las reglas para los que reciben el premio:

1-Exhibir la imagen del premio"Olha que blog Maneiro"
2-Poner el nombre del blog que te lo dio.
3-Indicar 10 blogs preferidos.
4-Avisar a los indicados.
5-Publicar las reglas.
6-Comprobar que los blogs indicados sigan las reglas.

Aqui los Blogs que me encantan (pero no llego a las 10)

1- http://catatonicavampyrus.blogspot.com/: Sigo a esta escritora por toda la web (yo que ella ya me asustaria). Amo como pasa los sentimientos a sus relatos, la forma en que haces que me quede pegada a la computadora leyendo por horas sin importar que tenga cosas que hacer o que me lloren los ojos. Por que sin duda alguna eres la mejor escritora que conozco y sigo a la espera de alguna publicación tuya (y que llegue a Argentina) En fin, porque soy tu fan y creo que te mereces todos los premios con respecto a la escritura por mas pequeño que sea.

2- http://jain-letrasdellolvidoyelmanana.blogspot.com/: Jain! Bueno amo tu blog, sin mas. Me encanta los relatos, frases y demás que subes. Como encajas cada cosa a la perfección. Porque a pesar de que no tengo idea de como usar los Blogs tu siempre pasas por el mio y me dejas saber que estas alli.Porque sos mi fan nº1, y aunque no te conozco en persona te quiero mucho !

3- http://retazosdesueos.blogspot.com/: Porque en tu flog dejas ver que tienes gran talento para la escritura, y me encanta pasarme (cuando tengo tiempo) y leer algun relato que hayas subido. En fin, no te conosco pero te admiro xD.

4- http://www.poetadeluna.blogspot.com/: no hay mucho que se pueda decir de este flog que no se pueda leer por si mismo. Es fantastico, sus poemas son relamente emotivos, no hay mas que eso. Son geniales.

5- http://comunidadcrepusculo.blogspot.com/: es sencillo el porque. ¡Me actualiza de sobre el mundo de Twilight!

6- http://blog-maijaimoon.blogspot.com/: porque es el blog del mejor Foro!! En fin se que estoy desaparecida por el foro, pero algun día volvere y seré millones jejej xD.

En fin, no conozco más Blogs... xD...

Nos leemos por ahi.

Hasta el crepúsculo...

jueves, 26 de febrero de 2009

Livin In A World Without You




Amor,

Esto se ha salido de control, ya no existe razón… Desde que me te he conocido, me has hechizado… Desde aquel beso me has envenenado…

He estado a tu merced desde que ello ha pasado, estoy atado a ti, paralizado en este mundo en donde no tengo control sobre mí.

Veo todo desde tu sus ojos, ya no pienso por mi mismo, esto es lo que el destino ha decidido. ¿Por qué me hizo esto? ¿Por qué me condeno a una vida sin tu amor? Me usaste, usurpaste mi vida y después te largaste… ¿Qué clase de mundo es este? ¿Qué me han hecho?

Pensaste que era el fin de esta historia, cuando obtuviste todo de mi te fuiste, me echaste por placer, me usaste una y otra vez abusando de mi, confundiéndome. Entonces creí que la libertada estaba viva, pero era conciente de que no estaba preparado aun para enfrentar el mundo sin ti, porque eso lograste en mí… Miedos, miedo a saber que no podré conseguir mantenerme de pie en este infierno que me has creado… ¿De verdad fue el destino el que me hizo esto? O quizás ¿lo has burlado? Pienso, ahora, que no todo esta gravado en piedra, ahora soy conciente de que tu puedes contra todas las corrientes…

Corrí por tu jardín hasta llegar a las puertas del pasado, donde todo llego a su fin…

NOW I CAN LIVE IN A WORLD WITHOUT YOU

Tu enamorado.

Luchy Franco.

domingo, 4 de enero de 2009

Aullidos de Muerte

Casi todos los personajes de esta historia no me pertenecen, sino que son de la fantástica escritora Stephanie Meyer, a mi sólo me pertenece la historia.


Casi todos los personajes de esta historia no me pertenecen, sino que son de la fantástica escritora Stephanie Meyer, a mi sólo me pertenece la historia.

Aullidos de muerte

Estoy segura que hoy será mi último día entre el mundo de los vivos, no puedo seguir viviendo con este dolor. Él me abandono, y ahora también, Jacob.

Charlie quiere mandarme a vivir con Reneé, ¿Por qué no quitarles un peso de encima? Estoy muerta, no vivo pero sigo de pie, los estoy lastimando… y odio hacerlo.

“Mis últimas palabras te las dejo a ti. Se que volverás, porque te conozco se que por lo menos vendrás a ver si aún estoy viva para no tener que cargar con ese peso. Lo siento, pero no puedo estarlo, al menos no cuando tu no estas en mi vida, cuando tú no me correspondes.

Son palabras cortas las que tengo por decirte antes de que haga lo que deseo, no te sientas culpable es mi decisión, no fuiste el último que me abandono. ¿Recuerdas a Jacob Black? Nos hicimos mejores amigos, pero él al igual que tu me abandono. Dos perdidas es mucho para alguien que ya no tiene corazón.

No estoy segura de porque te escribo esto, quizás quiero alargar lo inevitable.

Se que Alice lo vera, y si no es así espero que regreses, ya que esta carta la he escrito para ti.

Te amo, Edward Anthony Manson Cullen, y hasta la tumba lo haré.

Bella”

Levante una tabla del piso para guardar la carta. Sabía que él la encontraría, allí había escondido los billetes de avión, las fotos el CD.

Estaba destrozada. Había partido el CD, había quemado sus fotos, había vendido los billetes, creyendo que así te olvidaría. Pero no fue así.

Deje allí mi carta con una rosa negra y salí de la casa con mi monovolumen.

Conduje hasta La Push, no sabí9a si era bienvenida allí y era algo que no me importaba. Me había despedido de cada uno de mis seres queridos, que eran pocos, y sólo tenía que acabar con esto de una vez.

Conduje hasta el acantilado, parecía que una tormenta se avecinaba, lo cual me ayudaba.

Estaciones y las lágrimas comenzaban a juntarse en mis ojos. La adrenalina corría por mis venas. Fije la vista en el horizonte y camine hasta sentir que nada me sostenía, cerré los ojos y supe que jamás los volvería a abrir.

Después del dolor escuche unos gritos que parecían lejanos.

Unos fríos colmillos se clavaron en mi cuello. Comence a retorcerme del dolor, ¿Tanto costaba acabar con mi vida?

Edward, ¿A que me condenaste?

Como si fuera magia lo oí, oí esa voz irresistible.

-¡BELLA! ¡AGUANTA! ¡TE AMO!

Terciopelo.

Fin.

Luchy Franco