lunes, 21 de marzo de 2011

Desilusión



Cuando piensas que todo es complicado, cuando las cosas ya no pueden ser peores... Claramente, empeoran.

Mujer, dieciocho años, clase media, caprichosa, histeria, con altas aspiraciones. Con una vida que se la podría definir como estable, más allá de los problemas. Bonita, sin mucha gracias, pero tampoco fea. Enamorada, con amigos, padres, hermano y un perro.

Una mujer que a simple vista no parece tener ningún problema importantes. Y podría ser así, sí ella no los buscará.

Bulimica por excelencia, a veces incluso anorexica. Adicta al cigarrillo, pero con miedo a las drogas. De noche una borracha sin filtros, de día una nena de papá. Bipolar a veces, con sus altibajos como cualquier mujer en sus días.

Pero a pesar de su fase hipócrita y superficial, es una persona con ganas de superar al mundo, de aspiraciones altas y que quiere aprender. Pero, hasta el momento no se había dado cuenta de lo difícil que era ese sueño.

Aprender se convirtió en un imposible, no parecía saber estudiar. Y, quizás, así era. Jamás lo había hecho realmente, lo que aprendía eran solo cosas que le gustaban y las demás era un poco de verso profesional para sacárselas de encima. Pero, ahora en donde la secundaria se había quedado en el olvido, las cosas se complicaron. Debía aprender, aunque no le gustará qué, y más que complicado se volvió meter en su mente conocimientos estrictos que jamás quiso entender.

Ahora era cuando entendía porque siempre le habían recomendado que siguiera sus sueños, la carrera que quisiera y no la que le impusieran. Ahora, era cuando se daba cuenta que el saber no era una ciencia fácil, sino que había que trabajarla.

Desilusión sintió, demasiada, quizás más que en toda su vida. Los demás problemas no eran nada comparados con el dolor en el pecho que se sentía al fracasar una y otra vez. Lo estaba pasando mal, estudiando día y noche sin descanso, dejando de ver a sus amigos y olvidándose por completo de sus sueños. Pero, el problema no sería ese si aprobará, porque al menos habría valido la pena. El problema residía en que el esfuerzo que estaba haciendo no estaba sirviendo ni mucho menos. Estaba dejando todo de lado para luego desaprobar continuamente.

Ahí fue cuando se dio cuenta que en su vida, jamás había tenido verdaderos obstáculos con el saber y, por eso mismo, no sabía como superarlos. Lo único que sabía hacer era sufrir por su incapacidad, por no poder aprobar como los demás, por no poder pensar y por tener que estudiar una carrera que no desea y que solo le proponía un futuro seguro.

¡Al diablo con el futuro! No estaba dispuesta a desperdiciar cinco años de su vida en algo que no le gustaba y la hacía sufrir, quería plantarse al mundo y seguir sus sueños como debería haber hecho en un principio. Pero era terca, demasiado, y ahora se había propuesto sufrir y pasar, pero sabía que no lo lograría... Al menos, no si seguía dejando de lado sus ideales para reemplazarlos por unos que no eran suyos y que jamás le pertenecerían.

Luchy Franco.

Código: 1103228781764

No hay comentarios: