Espantoso juego del amor, en el cual es preciso que uno de ambos jugadores pierda el gobierno de sí mismo.
Jugar a las escondidas de niños puede llegar a ser un juego menos inocente de lo que se piensa. Ellos, en ese entonces, no eran conscientes de los problemas que les acarrearía el llevar una amistad dependiente.
La mistad entre el hombre y la mujer no es real, pero nadie se los había informado a tiempo.
Y así acabo todo. Ella corrió lejos de él con el corazón roto, él se hundió en su miseria a la espera. El tiempo parecía no querer ayudarlos y se hacía cada vez más lento. Los días se habían transformado en semanas, las semanas en meses y los meses en años. Lo que tan solo fueron tres años, para ellos fue la eternidad.
Las desgracias querían juntaros a contracorriente del destino. Un hecho memorable, pero devastador para los protagonistas.
La muerte de sus padres la había llevado a volver a sus brazos, pero no de la forma en la que quería. Él la amaba, pero ella se negaba a verlo. Ambos disfrutaban del masoquismo que les producía llevar el corazón roto.
Se esforzaban para hacer de sus vidas una novela de drama, pero cuando se cansaron y decidieron que la amistad ya no se recuperaría, decidieron satisfacer sus deseos. Estar juntos, corresponder su amor, arreglar sus corazones y borrar el pasado.
Pero no todo es sencillo, la vida da vueltas inesperadas, y cuando creyeron que podían disfrutar de ellos, los problemas recién empezaban.
Porque todos sabemos que no existen los finales de cuentos.
Luchy Franco.
2 comentarios:
muy buenooo, escribs excelente tenia razon pau.saca un librooo creeme que te haces millonaria:)
oye, escrives bien bien bien... ^^
sigue asi ^^
me pongo en seguidores ;D
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